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Recortes de Prensa

Mezcla de muchas sensaciones en el desplazamiento a La Coruña

Numerosas anécdotas en el viaje del Forcusa



HUESCA.- “Buenos días, les saluda el comandante Sergio Acín, que les dirigirá en este vuelo entre el Aeropuerto Huesca-Pirineos y La Coruña”. Así anunció el piloto del avión el comienzo del viaje que el pasado sábado realizó una expedición oscense compuesta por el Forcusa Huesca y unas 80 personas, entre directiva del BM Huesca, responsables de organizaciones políticas y económicas, aficionados y medios de comunicación. Aunque este viaje se inició más de dos horas antes, en la estación intermodal de la capital oscense, donde se reunieron los jugadores, muchos aún con cara de sueño, y el resto de los viajeros.

Entre comentarios sobre si el avión podría despegar, se entreveía entre los seguidores del equipo oscense los nervios por un partido, que aunque siempre está cargado de emoción, tenía doble importancia. Y hasta el mismo alcalde de Huesca confiaba antes del partido que el resultado sería positivo. “Creo que sumando todos los sentimientos que estamos viviendo por cosas muy diferentes, por el estreno del aeropuerto Huesca-Pirineos y por haber fletado un vuelo específico para venir a La Coruña, tiene que servir de energía muy especial y el equipo seguro que va a ganar”.

Ajenos, dentro de lo que pudieron a este acontecimiento, los jugadores trataban de mantener la máxima concentración y ya en la terminal del aeropuerto se mantuvieron a un lado. Aunque, en el algún momento, no pudieron dejar de observar todo lo que sucedía a su alrededor, mantenían su mirada fija en la prensa, leyendo las noticias sobre el partido de la tarde, hablando entre ellos o con aficionados y, alguno, como David Rodríguez, atendiendo a las preguntas de algún medio de comunicación. Infiltrados, como unos pasajeros más en un vuelo cualquiera, fueron pasando por los registros necesarios antes de subirse al avión, aunque antes cumplieron con el alcalde de Huesca y posaron con el resto de la directiva ante las cámaras.

Una vez subidos en el aparato, unos jugadores aprovecharon para dormir (ya que habitualmente, las dimensiones y el espacio de los autobuses en los que viajan se lo impide) , otros simplemente se relajaron y hablaron entre ellos y algunos se sumergieron en la música, como Borja Fernández, que apenas se despegó de sus auriculares. La rapidez del vuelo impidió que algunos, como el delegado del equipo, José Antonio, no tuviera tiempo ni siquiera de que le hiciera efecto la pastilla para el mareo, comentó en La Coruña. Tras el aterrizaje, la plantilla acompañada por los dos técnicos, los delegados y el fisioterapeuta se separaron del resto de los viajeros y se dirigieron al hotel de concentración, donde comieron y descansaron un poco antes del encuentro. El resto, disfrutó de una rápida visita a La Coruña y de una comida, cargada de buen ambiente y distensión, en el Restaurante Manolito, en la que también se aprovechó para hablar sobre la próxima temporada del equipo. Algunos aficionados, no se sabe si nerviosos o porque querían alejarse del jaleo de este viaje, se ‘refugiaron’ en un local cerca de la playa donde el marisco y el buen vino de la tierra les animó antes del encuentro.

PROTAGONISMO PARA LOS JUGADORES

Pasadas las seis de la tarde, el protagonismo pasó al Forcusa Huesca. Las gradas del pabellón municipal del Barrio de las Flores se llenaron con los aficionados oscenses que, dejaron de lado su condición de políticos o empresarios, para animar a los jugadores que, rompiendo la costumbre de las últimas jornadas, cambiaron la indumentaria roja por la blanca y roja. Precisamente una camiseta, pero del equipo rival, el OAR La Coruña, le correspondió a uno de los aficionados en el sorteo que este club realizó, en lugar de ofrecer el tradicional jamón que se entrega en Huesca. Por desgracia, este regalo no era de la talla del afortunado.

En contadas ocasiones, la plantilla ha tenido un apoyo tan amplio en sus desplazamientos lejos del Palacio de los Deportes. Aún siendo menor número que en casa, los aficionados se dejaron la voz e hicieron oír sus palmas en todo el recinto para aupar a los suyos, aunque parece que no fue suficiente para que el equipo se entonara a tiempo. Poco o muy entendidos en el balonmano, los aficionados alabaron durante los sesenta minutos de juego las acciones del equipo, se quejaron de las decisiones arbitrales y se decepcionaron por la derrota. Y en los minutos finales, las ganas por animar no cesaron en esta expedición oscense, a la que se sumaron algunos de los familiares de los jugadores gallegos de la plantilla que, como el resto, animaron sin descanso al Forcusa Huesca. Un poco más alejados del resto de aficionados, dos de los jugadores de la plantilla, Santiago Acetti y Alfredo Crespo, observaron atentos los movimientos de sus compañeros.

A la salida del pabellón, las caras de todos reflejaron la decepción de un partido en el que la falta de concentración, en algunos momentos, y las sanciones decantaron la balanza. Por eso, los aficionados y los que antes no habían visto al equipo, no dudaron en mostrar su apoyo al equipo. Ya en el viaje de regreso, la tensión del día y los acontecimientos que lo rodearon, la desilusión y el balance del resultado dieron paso a las bromas y el buen humor hasta la llegada a Huesca, tanto entre la plantilla como en el resto de ocupantes del avión. Estos, una vez llegaron a Zaragoza, recibieron como obsequio, además del champán y las pastas que se sirvieron en el vuelo, un bolígrafo en un estuche con la fecha del partido grabada y una gorra de la Fundación Huesca Deporte.

Si se repite o no un viaje de estas características, ya sin la expectación de este primer vuelo, la directiva lo analizará. Ahora lo que importan son las cuatro jornadas que quedan de liga con el encuentro del próximo sábado con el Alcobendas, en el Palacio de los Deportes.

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