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Sergio Bebeshko: "Mi objetivo es llevar al equipo a la Liga Asobal"

El técnico del Forcusa Huesca habla de su adaptación a la capital y de las idas y venidas de la actual temporada. El ucraniano ahonda en las claves para que se produzca un final feliz de campaña y da pistas sobre su personalidad en el banquillo y en el día a día.

Sergio Bebeshko (Ucrania, febre­ro de 1968) es el máximo responsable del banquillo del Forcusa Huesca. Forjado como jugador en la antigua Unión Soviética, es me­dalla de oro de balonmano en Barcelona 92. Duro y exigente, se muestra convencido de que Huesca puede ser ciudad Asobal.  

Llegó a Huesca el pasado mes de mayo. Julio Rodríguez, con el que coincidió en Ciudad Real, le definió como una persona de “carácter, trabajadora y muy dura". ¿Así se define usted?

Sí. Siempre he intentado trabajar a fondo. Intento hacer todo lo mejor posible. Lo hacía como jugador y lo hago como entrenador. Lo de duro o no, lo tienen que de­finir lo demás. Tengo claro que cualquier persona exigente lo pri­mero que tiene que hacer es ser exigente consigo mismo y luego ya con los demás. 

Siete meses después de estar en Huesca ¿qué conoce de ella? ¿qué es lo que más le gusta?

La ciudad la conozco toda. Lo que más me gusta es la gastronomía. Es una ciudad pequeña, con una forma de vida y hábitos muy concretos por lo que cuesta un poco adaptarse, encontrar amigos. Empezar desde cero es difícil en cualquier sitio.

Su familia -está casado y tiene una hija- viven en Ciudad Real ¿Cómo se convive así?      ­

Bueno, no es una situación nueva. Como no he tenido contratos por largo tiempo y la niña está en el colegio, decidimos vivir así. No es fácil cambiar la forma de vida de la familia, aunque cuando ha­ya algo interesante a largo plazo está claro que nos replanteare­mos la situación.

Tiene firmado por esta tempo­rada. Si la directiva le ofreciera seguir ¿qué pediría para seguir en Huesca?

Un proyecto interesante para su­bir a la Asobal. Mi objetivo per­sonal es llevar este equipo a la Asobal. Después de estar unos años en la élite, la verdad es que me cuesta un poco estar en una división que no sea Asobal, y aquí hay posibilidades de hacerlo.

¿Ve posibilidad de que Huesca tenga un equipo en la Asobal?

Si se hacen las cosas bien, sí. Es fundamental el apoyo de las ins­tituciones y de los patrocinadores. Pienso que se puede conse­guir.

 Por su carácter y por lo que se ha visto en algunos partidos, ¿ha tenido ganas de saltar al campo?

Sólo para que me escucharan me­jor las instrucciones, no para ju­gar. Tengo muy claro que tras la decisión de retirarme no volvía a jugar. Hace seis años en Melilla estuve de jugador-entrenador en Primera Nacional y pienso que no es bueno compaginar las dos co­sas; ni para el vestuario ni para el trabajo.

Para un medalla de oro en Bar­celona 92 como es usted, ¿qué es lo que más le molesta como entrenador cuando critica a sus jugadores?

Se critica para motivar y, sobre to­do, cuando los jugadores no son capaces de hacer las cosas de for­ma simple. Hay cosas que a mí me parecen fáciles y lo que intento es transmitir y ayudar a que lo ha­gan. Es verdad que tengo un ca­rácter duro y eso a veces es una forma de conseguir grandes co­sas. Estamos en una etapa difícil. Hay que cambiar muchas cosas y ser más serios de lo que somos.

En una entrevista anterior con­cedida a HERALDO dijo que Pis­tolesi era el mejor jugador en su puesto de la categoría. ¿Qué ocurrió?

 Tuvo altibajos en el juego. En una mitad puede demostrar que es el mejor de la categoría y en la otra que no sabe defender. Ha sido un problema de adaptación a la Di­visión de Honor B. Creía que era más fácil de lo que en realidad es. En algunas facetas estaba relajado y no supo adaptarse al ritmo de la competición y al arbitraje.

Otro jugador con nombre propio es Beuchler, que en los últimos partidos parece que vuelve a es­tar en una segunda juventud.

 Hay que valorar su trabajo en conjunto. Un pivote depende mu­cho de los demás. Al principio, contra Pozoblanco y Teucro, te­nía ganas de lanzar, de meter go­les, pero no había conjunto, no era el actual juego colectivo que tenemos ahora. Y es un problema de adaptación entre jugadores. El pivote, insisto, depende mucho del juego colectivo y de quienes juegan para él. Incluso Beuchler estaba un poco desanimado. Creo que ha sido la primera vez en si vida que no tiene a su alrededor jugadores de tanta calidad como tenía antes. Y ahora todos están más conjuntados que al principio.

Se perdió de uno contra el líder, a la siguiente jornada se ganó con suficiencia a Anaitasuna y cogieron las vacaciones. ¿Qué cree que va a pasar en la reanudación de la liga?

Ahora ya conocemos a todos los rivales. Va a ser más fácil afrontar los partidos contra los rivales di­rectos. Los jugadores va a estar más centrados e incluso pienso que podemos mejorar en distin­tas facetas del juego. Vamos a te­ner más fluidez y nuestro contra­ataque tiene que ser letal. Debe­mos explotar esto y espero que en la segunda vuelta disfrutemos.

Además del balonmano, ¿qué otros deportes practica?

Me gusta el tenis, el fútbol, las co­sas normales que le gustan a todo el mundo. Y el hockey hielo.

 ¿El Palacio de los Deportes es muy frío para jugar en relación al número de aficionados que acuden a un partido del Forcusa y la capacidad de la instalación?

 Al balonmano aún le queda al­canzar el tirón de otros deportes como el baloncesto. Y estoy con­vencido de que cada vez va a ve­nir más gente a vernos. Pero está claro que un pabellón lleno es bueno... si ganas. Pero si las cosas no te salen bien y tienes a 4.000 ó 5.000 personas en las gradas eso se puede volver contra ti. Lo im­portante es ir poco a poco. Lo pri­mero es que ganemos en confianza y la gente venga a vemos. Tenemos que llegar al punto de que cuando vengan los rivales aquí sepan que ganar en Huesca sea imposible. El factor psicoló­gico es muy importante.

 Ignacio Viscasillas (Heraldo de Huesca)

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